INVASIONES BÁRBARAS Y CAIDA DEL IMPERIO ROMANO
LAS INVASIONES BÁRBARAS DE LOS SIGLOS IV Y V.
Desde la época de Julio César (siglo I A.C.), había tribus germanas que se habían establecido al norte de los Alpes, al este del río Rin y al norte del río Danubio. El terreno donde vivían estaba cubierto por bosques, pero también había pantanos y montañas. El clima era extremo y el paisaje no era muy acogedor: nadie hubiera pensado que en este lugar pudiera florecer una civilización. Vivían en poblaciones muy pequeñas en chozas rudimentarias. Cazaban y pescaban, y tenían ganado y pequeñas huertas con cereales y vegetales. Les fascinaba la guerra y les gustaba poco el trabajo rutinario. Tenían a su favor un sentido de familia muy honesto y arraigado, cumplían con su palabra y adoraban la libertad. Su forma de gobierno era muy práctica: cuando había situaciones graves por resolver en materia de guerra, paz, migraciones y la elección de magistrados, se citaba al consejo de guerreros para que estos tomaran una decisión.
En general, habían coexistido tranquilamente con los ciudadanos romanos en la frontera. Algunos inclusive, adoptaron las costumbres romanas: empezaron a cultivar terrenos más extensos, construir viviendas más cómodas, vestirse con más elegancia y hacer mejores herramientas de trabajo. Los germanos eran paganos (no creían en el dogma cristiano). Por ese motivo, los misioneros cristianos llegaron a predicar la nueva religión y ellos los acogieron.
Mientras tanto, el Imperio Romano se debilitaba. Algunos emperadores trataron en vano de conquistar las tierras de los germanos. Hubo varias tribus germanas que poco a poco terminaron invadiendo al imperio Romano: Visigodos, Ostrogodos, Lombardos, Vándalos, Francos y Anglosajones. A todas estas tribus, los romanos las llamaron bárbaros porque cuando hablaban parecía que estuvieran diciendo "barbar." En el siglo IV, los germanos decidieron migrar hacia el imperio Romano, básicamente por dos motivos: primero, iban en busca de espacio vital (traducción de la palabra germana lebensraum), pues esas tierras eran mucho más agradables. Segundo, iban huyendo de otros grupos invasores que venían del Asia y los estaban desalojando. Al principio sus ataques fueron espontáneos. Inclusive el emperador Marco Aurelio los invitó a vivir dentro del imperio: pensó que incorporando a los germanos al imperio Romano debilitaba al enemigo. Los emperadores, viendo que la llegada de los germanos era imparable, decidieron armar ejércitos al estilo romano con cada tribu invasora. Cada uno de estos ejércitos estaba comandado por un jefe germano, quien poco a poco fue adquiriendo también el poder civil sobre el distrito donde estaba asignado. Los soldados a su cargo sólo le obedecían a este jefe, pues esa era su costumbre. Su lealtad era a su jefe, no a Roma. Estos soldados prácticamente se volvieron mercenarios de Roma: exigían ser pagados por su servicio.
El imperio Romano fue desapareciendo poco a poco. Los Visigodos (godos de occidente), bajo su jefe Alarico, llegaron a Roma, el corazón mismo del imperio Romano, y la saquearon en el año de 410 y después crearon su propio imperio al sur de Galia y en Hispaña en el año de 419. Los Vándalos venían de Germania, pasaron por Galia e Hispaña, llegaron al norte de África y de ahí bajo su jefe Genserico pasaron a las islas mediterráneas de occidente y a Italia. En el año de 455, los Vándalos llegaron a Roma y también la saquearon. La tribu germánica de los hérulos hizo renunciar al último emperador Romano de Occidente, Rómulo Augústulo, y en su puesto puso a Odoacro, quien colocó al Imperio Romano de Occidente bajo el mando de Zenón, emperador Romano de Oriente. (Aunque se dice que Rómulo Augústulo fue el último emperador romano de verdad, hubo otros emperadores romanos de occidente después de él). Los Francos se ubicaron al oeste del río Rin en Galia. Los Anglosajones colonizaron las islas británicas. Los Ostrogodos (godos de oriente) fueron a dar a Italia del norte, y los Lombardos los siguieron.
La convivencia de las razas germana y latina tuvo consecuencias importantes: los germanos no le robaron la tierra a los romanos, no redujeron a nadie a la esclavitud y no los consideraban inferior a ellos. Tanto romanos como germanos pagaban impuestos al gobierno central y prestaban servicio militar. Hubo matrimonios entre las dos razas. Se respetaba el código de leyes romano y las costumbres y tradiciones de los germanos. Muchos germanos aprendieron a comunicarse en latín y acogieron la religión cristiana.
Mientras tanto, a partir del siglo IV, venía llegando desde las estepas de Mongolia en el Asia otro grupo de invasores, los Hunos, en lo que se ha llamado la Gran Migración. Eran grandes jinetes y su fortaleza estaba en el uso preciso del arco y la flecha. Todos les temían, pues eran muy dados a la violencia y la brutalidad: arrasaban con todo lo que encontraban a su paso. En el año de 444, los Hunos con un gran ejército de 100,000 hombres, se unieron bajo el mando de un gran estratega militar llamado Atila: era tan violento que lo llamaban el látigo de Dios, pues destruía todo. Atacaron primero el Imperio Romano de Oriente. Obligaron a muchas regiones a pagarles impuestos (2100 libras de oro anuales), aunque nunca pudieron conquistar a Constantinopla. Enfermedades y pestes obligaron a los Hunos a desistir de conquistar todo este Imperio.
Finalmente, el Imperio Romano de Oriente fue capaz de resistir los ataques de los bárbaros y se convirtió en el imperio Bizantino, que floreció durante 1000 años, con Constantinopla como su sede principal.
CAUSAS DE LA CAÍDA DEL IMPERIO ROMANO
Los romanos crearon el imperio más grande y poderoso que jamás habría visto la humanidad. Con su ejército enorme conquistaron casi toda Europa y parte de África, hicieron caminos para comunicarse, construyeron acueductos, palacios, nos heredaron sus leyes y su cultura. A pesar de su gran poder y como muchos otros imperios, el Imperio Romano cayó. Llegó a su fin después de pasar a la historia y dejarnos un legado enorme.
Hubo un periodo de la historia del imperio que se llamó la "Pax Romana." Pax, en latín, el idioma oficial del imperio, significa paz, y este tiempo de paz en Roma se llamó así. Durante más de 40 años, los muchísimos pueblos que conformaban el imperio vivieron en paz. Cada uno con su religión, pagando sus impuestos, cultivando la tierra y sin guerra. Eran muy diferentes, pero no peleaban entre sí, se respetaban sus diferencias de costumbres y creencias: vivían en paz y se sentían protegidos por un gran ejército y privilegiados por ser ciudadanos. La paz, siempre trae progreso. Cuando se vive en paz las personas mejoran, la economía mejora y se generan grandes riquezas. Durante esta Paz Romana, Roma creció y se hizo más fuerte. Sin embargo en Roma, esta era de paz no duró mucho tiempo y el imperio comenzó a desordenarse. Estas fueron las principales causas para que el imperio cayera. Las vamos a dividir así:
Las primeras fueron las causas económicas. Mantener un imperio tan grande era costoso. Alrededor del imperio, había más personas que no eran parte de la grandiosa Roma. Se trataba de tribus que eran hostiles al imperio y que comenzaron a atacarlo. En los mares de Roma también había amenazas. En el mar Mediterráneo había piratas que atacaban cada vez más los barcos romanos. Estas tribus y los piratas alteraron el comercio. Otra causa económica que ayudó a la caída del imperio, es que el ejército romano no había vuelto a conquistar nuevas tierras y este había llegado al límite de su expansión. Los romanos no tenían más lugares para sacar oro y plata. Ya no había nuevas ciudades que saquear. Entonces, los emperadores, para poder mantener al ejército y para pagar los privilegios de ser ciudadano, empezaron a cobrar cada vez más impuestos. Los impuestos tan altos no les gustaron a los ciudadanos pues era algo injusto. Además, la falta de oro y plata para hacer nuevas monedas generó una inflación terrible. ¿Qué es la inflación? Hay inflación cuando cae el valor del dinero y suben mucho los precios. Entonces, los ciudadanos se sentían aburridos porque los impuestos eran demasiado altos y además, los bienes era cada vez más caros. El dinero no les alcanzaba y los habitantes del Imperio empezaron a no creer más en la gran Roma.
Una vez vistas las causas económicas, vamos a las segunda causa, es decir las causas sociales. Estas son las que tienen que ver con los seres humanos y su organización.
1. La primera: en el Imperio vivía mucha gente, unas 40 millones de personas. Cultivar la tierra para alimentar a tanta gente y por un tiempo tan largo hizo que el suelo perdiera su fertilidad. El suelo estaba sobre explotado y ya no daba sus mejores frutos. La comida comenzó a escasear y al comer poco, las personas tienden a enfermarse más. ¿Y esto qué consecuencias tiene? La población se disminuye. Si las personas se mueren más y más rápido, hay menos personas para trabajar, para unirse al ejército y la situación de cualquier lugar empeora. La pobreza empezó a aumentar y las diferencias entre ricos y pobres eran más fuertes y visibles.
2. Otra causa social fue que el caos era tal, que las personas se volvieron indiferentes. Ya nos les importaba trabajar para el Imperio y ya no le creían en los gobernantes. Gobernar a los pueblos era cada vez más difícil pues cada vez obedecían menos.
3. La última causa social fue la terrible corrupción que se expandió por el Imperio. Ya no eran los mejores quienes gobernaban. Se compraban los puestos y había luchas por el poder bastante sucias.
Como si todo esto fuera poco, existían otras causas: las causas militares. El ejército romano era una parte muy importante, quizá la más importante del imperio. Ser soldado era el máximo honor y ser general era algo más que extraordinario. El ejército daba poder, riqueza y estatus, y así, todos estaban dispuestos a morir por Roma. Esto fue así durante un tiempo, pero con la población decayendo y las personas inconformes, pues ser militar ya no era un honor. Ya nadie quería pertenecer al ejército. Entonces, los emperadores se vieron obligados a contratar mercenarios. Estos eran soldados que no eran romanos. Más bien, eran soldados extranjeros que peleaban por dinero y no porque realmente les importara el imperio.
Finalmente estaban las causas políticas. Llegó al poder un emperador, Diocleciano. El quería reordenar el imperio, hacer que Roma recuperara su grandeza. Tomó muchas decisiones importantes para esto: fijó los precios para que bajara la inflación, hizo creer que los emperadores eran hijos de dioses, aumentó el número de soldados realmente romanos en el ejército y limitó las libertades de los pueblos gobernados por Roma. Pero su decisión más importante y la que mayores consecuencias tuvo fue la de dividir el imperio.
Este emperador pensaba que ya el territorio de Roma era demasiado grande para ser gobernado por un solo hombre. Así pues, trazó una línea que dividió al imperio en dos: el Imperio Romano de Oriente y el Imperio Romano de Occidente. En el de Oriente, casi toda la población hablaba griego y en el del Occidente, casi todos hablaban latín. Ahora que el gran imperio estaba dividido, parecía que sería más fácil de gobernar.
Con la división, las tribus exteriores, aquellas que tanto alteraban el comercio, aprovecharon para invadir territorios romanos, casi siempre en el imperio de Occidente y esto lo debilitó aún más.
Después de Diocleciano, llegó otro emperador: Constantino. Este, al ver que el imperio de Occidente estaba sumido en el caos, decidió mover la capital. En el año 330 AC, Constantino trasladó toda la sede del gobierno para la ciudad que conocemos hoy como Estambul, en Turquía. Allí gobernó, en una ciudad que tomó su nombre Constantinopla.
CONSECUENCIAS DE LA CAIDA DEL IMPERIO ROMANO
Diocleciano había dividido el imperio en Oriente y Occidente y el emperador Constantino había movido la capital a Oriente, a Constantinopla. Esta división es la primera consecuencia de la caída del imperio. Es decir, mientras el Imperio de Occidente se caía a pedazos por la pobreza, la indiferencia, la corrupción y las invasiones, el de Oriente era bastante próspero. Tenía buen comercio y mucha riqueza cultural.
La segunda consecuencia, fue que empezaron a establecerse nuevos reinos bárbaros. Los invasores que iban llegando a conquistar tierras, se iban quedando e iban haciendo su voluntad. A los bárbaros no les gustaba mucho la manera de gobernar de los romanos, así que buscaron otra forma de gobernar. Ya no era el gran imperio, con un solo y único emperador a la cabeza y un gran ejército. Ahora eran pequeños reinos, reinos en los que las tribus que llegaban solo eran leales al rey de ese territorio. En ésta época, ser leal significaba para entonces obedecer y servir. Ya los ciudadanos no le pagaban impuestos al poder imperial, ya no sentían que eran parte de ese todo muy poderoso.
Otra consecuencia fue que tantos bárbaros, tantas tribus diferentes que llegaban se mezclaran con las personas que vivían allí. Esta mezcla genera una mezcla muy rica de culturas. Esto fue justamente lo que sucedió en la Antigua Roma en su caída. De la mezcla de las tribus bárbaras invasoras con los pueblos romanos, nacieron cosas muy importantes como los idiomas. Donde había lenguas nativas aunque casi todo el imperio hablaba latín, llegaron los bárbaros con sus lenguas que mezcladas con el latín y las lenguas nativas, dieron origen al español, el francés, el portugués y el italiano.
La última consecuencia de la caída del imperio Romano fue muy importante. Para este momento de la historia, Jesús ya había nacido en Jerusalén, una provincia del imperio Romano. Los seguidores de Jesús habían empezado a crear el cristianismo, aquellos que lo veían como el salvador. Esta nueva religión empezó a expandirse y a ganar adeptos por todo el imperio. Eran muchas las personas a las que les gustaban las enseñanzas de Jesús y empezaron a cambiar su religión para seguir sus ideas. Con el imperio dividido y en estado de caos, la fe cristiana tomó fuerza. Además, el emperador Constantino, aquel que había cambiado la capital, tuvo una experiencia muy interesante. Constantino fue educado en la adoración del Dios Sol (Sol Invictus), pero se convirtió al cristianismo pues un día, estaba en una batalla (la batalla del Puente Milvio) y tuvo una visión. El 28 de octubre de 312, mientras marchaba con sus soldados vio la forma de una cruz frente al sol, y esta cruz decía: "Con este signo vencerás". Además tuvo un sueño en el que se le ordenaba poner este nuevo símbolo de la cruz en los escudos de sus guerreros. Constantino lo hizo, y ganó la batalla.
En febrero del año 313, y probablemente aconsejado por el obispo de Córdoba, Constantino promulgó el Edicto de Milán, declarando que se permitiese a los cristianos seguir la fe de su elección. Con ello, se retiraron las sanciones por profesar el cristianismo, bajo las cuales, muchos habían sido martirizados como consecuencia de las persecuciones a los cristianos. También se devolvieron las propiedades confiscadas a la Iglesia. El edicto no sólo protegió a los cristianos de la persecución religiosa, sino que sirvió también para las demás religiones, permitiendo que cualquier persona pudiese adorar a la divinidad que eligiese.
ACTIVIDAD: Elabora tres mapas conceptuales con el contenido de este tema y de acuerdo a las instrucciones del docente
• Comprender las causas de la caída del Imperio Romano.
• Es importante que la introducción del tema de la semana se realice en forma de pregunta.
Ejemplo:
¿Qué hace que un imperio poderoso se derrumbe?
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